MARIANO… A MI CUARTO…
Hasta en sus últimos momentos el General fue un hombre íntegro. Sabía que la tempestad llegaba al puerto. Asistido por su yerno y su hija, el hombre que libertó a la América del Sur, se recostó por última vez para descansar eternamente. Atrás quedaban años de luchas en tres continentes, dejaba el legado de su coherencia, sus desvelos y afanes, pero sobre todo su ejemplo y virtudes.
Mariano Balcarce narró ese momento con suma emoción:
Al privarnos la Divina Providencia de un padre tierno y virtuoso, parece que hubiese querido suavizar nuestro dolor, haciendo que sus últimos momentos fuesen sin sufrimiento alguno visible, y con la serenidad que inspira una conciencia sin tacha.
A las 3 de la tarde del sábado 17 de agosto de 1850, en Boulogne Sur Mer, lejos de su adorada patria, Don José Francisco de San Martín y Matorras pasaba a la inmortalidad de la misma forma en que vivió, sencillo y austero.
ROBERTO COLIMODIO